La batalla legal de Frisby contra una marca española alienta el patriotismo en Colombia: “Nos damos aPollo”
Decenas de empresas, instituciones y políticos manifiestan su apoyo a la cadena colombiana de pollo frito, que se enfrenta a un pleito internacional por el “uso no autorizado” de su nombre


Frisby, la cadena colombiana más popular de pollo frito, pasa por un momento complejo en el ámbito legal, pero de gloria en la opinión pública. La compañía de comida rápida entró en una batalla jurídica por el supuesto “uso no autorizado” de su marca en España, por una compañía fundada por un tercero que se registró con el mismo nombre y una identidad gráfica similar. La posibilidad de que la empresa colombiana, con más de 40 años de historia, pudiera perder el registro de su marca en la Unión Europea ha impulsado el patriotismo y ha movilizado a decenas de empresas, incluso a competidoras, en favor de una de las compañías más estimadas por los colombianos.
La cascada de publicaciones en redes sociales este miércoles demostraron que la compañía tiene el respaldo de todo un país. Las primeras en manifestar su apoyo fueron empresas de comida rápida como Presto o Buffalo Wings, e incluso grandes competidoras como KFC Colombia y Kokoriko, las cuales defendieron que “lo auténtico no se copia, se respeta”. Pero el espaldarazo a Frisby no paró entre la comida rápida. En las últimas horas, empresas de todas las industrias han hecho explícito su apoyo a la marca colombiana. La aerolínea Avianca, la cementera Argos, la aseguradora Sura o la compañía de lácteos Alpina, las cuales están entre las compañías más grandes del país, expresaron la importancia de abogar por “lo original”. “Entre colombianos nos damos aPollo”, han recalcado con un juego de palabras.
“La unión de un país puede lograr cosas increíbles y hoy toda Colombia lo está demostrando”, ha celebrado Frisby Colombia. “¿Habían visto alguna vez el país tan unido como ahora?”, preguntó la marca en su cuenta de Instagram, que desde que estalló la batalla legal con su contraparte española ha registrado un aumento exponencial en su número de seguidores y de interacciones. La compañía no respondió a este diario si el respaldo digital también se ha traducido en un mayor número de ventas.






El lío legal tomó a Frisby por sorpresa a finales de abril, cuando salieron al aire una página web y varias cuentas en redes sociales con el nombre de Frisby España. Las publicaciones de la cuenta @frisby_es generaron en un primer momento una amplia expectativa ante la posibilidad de que la compañía, después de más de cuatro décadas trabajando únicamente en Colombia, llegase a un país en el que viven más de 800.000 colombianos.
Pero la compañía descartó que las cuentas fueran suyas y, por el contrario, denunció que estaba siendo suplantada por un tercero. Los propietarios de la marca española son Jacqueline Guillemine Pérez Parcha, ciudadana belga; y Gonzalo Barrenechea Correa, un abogado de España. En varios comunicados, Frisby Colombia manifestó que peleará por mantener su marca registrada en la UE, a pesar de que durante los 20 años que mantuvo la inscripción no dio ninguna señal real de expandirse al mercado europeo.
Al espaldarazo se han unido este miércoles ya no solo empresas privadas, sino entidades públicas. TransMilenio, la empresa del sistema público de transporte de Bogotá, ha afirmado que en su servicio “viaja el original”, mientras que el Metro de Medellín ha publicado: “Hoy nos sumamos a la línea F”, en referencia a Frisby. La campaña ha llegado incluso a la Fuerza Aeroespacial Colombiana: “Conocemos el valor de defender a Colombia, por eso estamos con quienes han construido país desde su esencia”, ha señalado en X.

A la ola también se sumaron varios políticos, entre ellos algunos que ya están en campaña para las elecciones de 2026. La comunicadora y precandidata presidencial, Vicky Dávila, ha publicado en su Instagram un montaje en el que está abrazada al Pollo Frisby de espaldas que reclama: “Por la VICTORIA de FRISBY”, haciendo alusión a su nombre completo, Victoria Eugenia. Algo muy similar ha colgado en las redes sociales el político centrista Sergio Fajardo: “Nadie lo hace como el maestro”, una de sus profesiones. Por su parte, el expresidente Álvaro Uribe ha puesto en X una imagen animada suya y de la mascota de la empresa junto al logo de su partido, Centro Democrático. “Mano firme, corazón grande”, dice el mensaje, al que añade: “Y en la barriga Frisby el original”.
Una marca que “toca el nacionalismo”
Lina María Echeverri, directora de la escuela de posgrado en Negocios de la Universidad del Rosario, celebra la solidaridad de las demás empresas como un caso “que toca el corazón de todos los colombianos”. “Es una marca tan querida en el país que toca la sensibilidad y el nacionalismo y hace que esto se convierta en un movimiento”, recalca la experta en publicidad en una conversación telefónica. Para Echeverri hay dos lecturas: una que ve el apoyo de las demás marcas como una oportunidad de capitalizar lo que está ocurriendo, y otra que confía en la buena fe de los demás empresarios. “Yo decido creer en lo segundo”, afirma.







El mundo de la publicidad en Colombia no había tenido días tan frenéticos como esta semana, ite Echeverri, que también advierte de un fenómeno que se repite en muchas de las publicaciones: la Inteligencia Artificial generativa. “Casi todo está hecho con esta herramienta, lo que marca un hito enorme en la velocidad de respuesta que esperan las audiencias. Lo que demostró esto es que ya es una realidad que el marketing en Colombia se hace con IA”, analiza la experta.
El apoyo de tantas marcas no se traduce en que se le faciliten las cosas a Frisby, contrasta la académica, que echa en falta alguna manifestación de apoyo por parte de los gremios o del Gobierno Nacional. “Esto no será suficiente y en un par de semanas puede pasar al olvido”, prevé.
El pleito internacional aún comienza. De acuerdo con un comunicado de Frisby España, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO, por sus siglas en inglés) abrió formalmente el proceso para cancelar el registro de la marca colombiana en la UE bajo el argumento de que esta no es reconocida al otro lado del Atlántico. La colombiana tiene un plazo de dos meses para demostrar un uso efectivo de su marca en Europa. De lo contrario, la EUIPO la puede declarar nula y dejar el camino despejado para que la española abra tiendas con el mismo signo de una de las marcas más célebres para los colombianos.
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