Detenidos 17 “banqueros clandestinos” que movieron cerca de 19 millones de euros para el crimen organizado
La Policía Nacional cataloga la trama desmantelada como una de las organizaciones de blanqueo “más poderosas a nivel internacional”

La Policía Nacional ha informado este miércoles de la detención de 17 presuntos integrantes de una “banca clandestina” que ha sido catalogada por los responsables de la investigación como una de las organizaciones de blanqueo “más poderosas a nivel internacional”. Los arrestados formaban supuestamente parte de un entramado en el que participaban varios grupos y que tenía su epicentro en Amberes (Bélgica), donde residía el presunto cabecilla, un ciudadano con nacionalidad jordano-palestino sin antecedentes que era investigado por una docena de países, entre ellos EE UU. Este individuo llegó presuntamente a mover en apenas dos años 21 millones de dólares (18,7 millones de euros) supuestamente procedentes del tráfico ilegal de seres humanos y el narcotráfico.
Para ello, utilizaba el método de blanqueo conocido como hawala, un ancestral sistema informal de transferencia de dinero basado en la confianza y las relaciones personales al que las organizaciones criminales recurren cada vez con más frecuencia como una alternativa para lavar los beneficios de sus actividades delictivas y también para proteger su dinero por el miedo a sufrir robos de otros delincuentes, lo que en la jerga policial se conocen como vuelcos.
La bautizada como Operación Karasu, dirigida por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Almería, es la continuación de otra desarrollada en marzo de 2023 contra una red de inmigración irregular que trasladaba de forma irregular a inmigrantes de origen sirio desde la costa de Argelia a Almería para luego llevarlos al norte de Europa. Entonces las pesquisas apuntaron que este grupo llegó a trasladar entre 800 y 1.000 personas, cada uno de los cuales pagaba entre 10.000 y 12.000 euros. El análisis de la documentación contable intervenida permitió descubir el rastro de los cerca de 10 millones de euros que consiguió embolsarse por esta actividad y, de este modo, destapar ahora el entramado utilizado para blanquearlos.
A esta red de lavado de fondos pertenecían presuntamente los 17 detenidos ahora, 15 de los cuales han ingresado en prisión provisional como presuntos autores de los delitos de pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. Los arrestos se practicaron el 14 de enero durante un amplio dispositivo policial en el que participaron 250 agentes y en el que se realizaron registros simultáneos en Amberes y en las provincias de Madrid, Valencia, Málaga, Almería y Cádiz. Durante la intervención, la jueza y la fiscal encargados del caso siguieron en tiempo real las actuaciones, algo poco frecuente, lo que agilizó la actuación policial.
Entre los investigados hay tres personas catalogadas por la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) como HVT (siglas en inglés de “objetivos de alto valor” referido a delincuentes buscados por, al menos, dos países de la UE), de los que finalmente pudieron ser detenidos dos. Uno de ellos es el presunto líder de la trama, arrestado en Bélgica y cuya entrega a las autoridades españolas aún está pendiente de ejecutarse. Él era el hawaladar, nombre que recibe el responsable de la caja y de la contabilidad donde se reseñan las transacciones ilegales.
Responsables de la investigación ―en la que han participado agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) y de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF)― han incidido este miércoles en la importancia de bloquear los recursos económicos del crimen organizado. “La investigación de blanqueo de capitales busca dejarles [a los criminales] sin efectivos económicos y con ello también resarcir a las víctimas en los perjuicios que hayan podido tener”, ha explicado el comisario José Rodríguez, jefe de Brigada de Blanqueo de la UDEF.
Las pesquisas han constatado que el líder de la organización ―al que en Bélgica, donde residía, no se le conocía ninguna actividad económica legal― dirigía un grupo de mulas (personas encargadas de mover físicamente el dinero) en España. A él acudía el grupo de origen árabe que traficaba con inmigrantes desarticulado en 2023 para trasladar sus beneficios desde diferentes lugares del mundo a España y otros países, como Bélgica, Egipto, Siria o Turquía para seguir financiando sus actividades. El tercer grupo estaba formada por ciudadanos de origen chino asentados en Madrid. Estos eran los encargados de entregar el dinero a la red árabe por indicación del cabecilla. Por esa labor, este último grupo recibía una comisión que oscilaba entre el el 1% y el 3,5% de la cantidad según el lugar y la urgencia en hacer la entrega.
Eso sí, exigía cobrar esta comisión en criptomonedas USDT (una moneda virtual que cotiza en paridad con el dólar), que posteriormente movía multitud de veces a través de un sinfín de monederos virtuales para impedir que se pudiera seguir el rastro de los fondos. El destino final de estos era habitualmente China, aunque previamente el dinero retornaba al sistema financiero legal a través de entidades bancarias de países con legislaciones de control más laxas, como Qatar y Turquía, según detallan los investigadores. La red, de la que hay constancia que funcionaba al menos desde 2022, llegó a promocionar su servicio de blanqueo en chats frecuentados por organizaciones criminales, añaden estas fuentes.
Hasta el momento, los investigadores han acreditado 32 operaciones de blanqueo de esta trama por el sistema hawala que suman un valor superior a los 5,5 millones de euros en tan solo tres meses. Solo en una de las direcciones que se utilizaba para recibir y transferir fondos se movieron 18,7 millones de euros en apenas dos años, entre junio de 2022 y septiembre de 2024, han recalcado como ejemplo de su capacidad de blanqueo.
En la operación se han intervenido 205.000 euros en efectivo, más 183.000 euros en criptomonedas, 18 vehículos valorados en más de 207.000 euros, diez inmuebles valorados en una cantidad superior a los 2,5 millones de euros, puros de alta gama por importe superior a 622.000 euros, botellas de vino de primeras marcas con un precio total que supera los 7.000 euros y bolsos de marcas de lujo valorados en 230.0000 euros. Estos últimos artículos se utilizaban presuntamente para blanquear dinero obtenido de sus actividades ilícitas, según han explicado los responsables policiales. Los puros, por ejemplo, tenían como destino China, donde su precio es mucho más elevado.

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