Miles de personas convierten Glòries en el centro de Barcelona
Los vecinos de la capital catalana se lanzan a conocer esta nueva parte de la ciudad


Cuando diseñó el Eixample, el urbanista Ildefons Cerdà apostó por que el centro de Barcelona se instalara en la plaza de las Glòries. Su planeamiento urbanístico se aprobó en 1859, pero no ha sido hasta este domingo, 166 años después, que los barceloneses han disfrutado de la plaza de las Glòries transformándola en el verdadero epicentro de Barcelona. El sábado, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la inauguraba convirtiendo el espacio —de nueve hectáreas— en el segundo parque más grande de la ciudad, la Ciudatella tiene 18 hectáreas. El proyecto del nuevo parque comenzó a definirse en 2007 cuando la ciudad era gobernanda por el socialista Jordi Hereu. Desde entonces, la vara de alcaldía ha pasado por el convergente Xavier Trias, por Ada Colau (BComú) y ha vuelto a manos socialistas con Collboni. Ha sido a mitad del mandato de Collboni cuando se ha acabado haciendo realidad el proyecto del parque de Glòries. El temporal de lluvia del sábado afeó la inauguración de un espacio que, según el propio alcalde, está llamado a ser uno de los grandes “pulmones verdes” de la ciudad. La mañana de este domingo el sol ha vuelto a asomar en la capital catalana en un fin de semana —colocado entre dos puentes— que se ha convertido en la excusa perfecta de miles de barceloneses dispuestos a descubrir y disfrutar de la nueva plaza.
Un joven vestía esta mañana una camiseta roja en cuya espalda se podía leer: “Inclusión, la palabra mágica”. Era el encargado de gestionar sillas, mesas, juegos de ajedrez, libros y, en definitiva, la ludoteca que presta material a todo aquel que quiera utilizarlos en la gran zona de la Clariana, la explanada de césped de la parte norte del parque de Glòries que se abrió en 2021. “Llevo trabajando más de un año aquí y jamás había visto tantísima gente. Es demasiado”, itía el joven mirando la multitud que ya se había adueñado del parque.

Sin ninguna duda, el lugar más concurrido es el situado en el bautizado como Nodo Dinámico. Una supeárea de juegos infantiles con dos alturas, toboganes y pendientes con pasarelas y juegos urbanos nunca vistos en la capital catalana. “Es el mejor parque del mundo”, aseguraba sin miedo a equivocarse Pol, un niño de ocho años del barrio de la Sagrada Família, que ha acudido este domingo junto a su padre a visitar esta reestrenada zona de la ciudad. “Llevamos hora y media aquí y no hay manera de sacarlo”, itía el progenitor, paciente. Alrededor de padre e hijo, centenares de familias en la misma situación y otras tantas intentando convencer a los más pequeños de que empezaba a ser tarde y que en las nuevas Glòries había todavía mucho que disfrutar fuera del área de juegos.
“Vaya cantidad de vegetación. Menuda plaza ha salido aquí”, itía Antonia Aznar. Esta vecina del Clot paseaba este domingo, por primera vez, por las Glòries cuando, llegando a una especie de estanque elevado, bautizado como Espejo de Agua, ha topado con media docena de niños metidos literalmente dentro del agua. “Aquí debería haber vigilantes para que los niños no hagan esto”, denunciaba Manuel —un anciano de Poblenou—, que lamenta que el uso de este espacio acabe desgastándolo antes de tiempo.
A pocos metros del Espejo de Agua se encuentra la salida del metro rodeada por parterres con cactus. “Es guapísimo, parece Port Aventura”, exclama un adolescente. Después, más espacios rodeados de vegetación o zonas con predominio de especies de bambú y que se ha bautizado con el nombre de Ágora Berta Cáceres, en memoria de la activista del medio ambiente asesinada en 2016.
Este domingo ha sido el día de exploración. Decenas de personas se amontonaban frente a los nuevos carteles dispuestos a empaparse de toda la información posible del nuevo parque. De hecho, incluso la escultura Meridià, de François Scali y Alain Domingo, totalmente restaurada, parece una nueva pieza en el parque. Meridià fue un regalo hecho en 1992 por la ciudad de Dunkerque a Barcelona para conmemorar los 200 años de la medida de este meridiano que pasa por Dunkerque, París, Perpiñán y Barcelona. Este domingo esta escultura de hierro parecía nueva y se ha convertido en la pasarela perfecta de decenas de menores que no estaban dispuestos a esperar colas para subir a unos toboganes totalmente desbordados por la multitud de personas que han accedido al parque. Este domingo, 166 años más tarde, el parque de las Glòries se ha convertido en el centro de Barcelona tal y como quería Cerdà.
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