La niña atropellada por el coche del director policial en Madrid también se rompió el fémur
El abogado de la familia cree que los daños revelados por nuevas pruebas son incompatibles con una caída sin o con el vehículo, como sostiene la investigación policial

Aitana S., la niña de diez años arrollada por el coche donde viajaba el director de Policía de Madrid, también se partió el fémur. Esa delicada fractura puede tener consecuencias para el crecimiento de la pequeña, pero también para la investigación judicial de un caso que ha puesto en aprietos a este alto cargo. El abogado de la familia, Roberto Rodríguez Muñoz, cree que esta novedad desmonta la investigación interna de la Policía, según la cual la madre provocó la caída y el coche no tocó a Aitana. En total, Aitana sufrió tres roturas: esa en el fémur izquierdo; y otras dos en el pie derecho, en un tobillo y en un hueso de la parte delantera. “Estas lesiones no son compatibles con una caída natural”, dice Muñoz. “Se han metido en un lío porque nuestra idea inicial no era ir por lo penal, pero nos han obligado a hacerlo”.
El caso podía haber quedado en un incidente de un día extraordinario, el del gran apagón, pero como contó EL PAÍS, el suceso no figuraba en las bases de datos de la Policía y del Samur dos días después. El alcalde, José Luis Martínez Almeida, y la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, encargada de la seguridad en la ciudad, le han reprochado al jefe policial, Pablo Enrique Rodríguez, que se enteraron de lo sucedido por la noticia de este diario. En medio de esta tormenta política, con la oposición pidiendo el cese, el director Rodríguez solicitó una baja médica hace dos semanas y aún no se ha reincorporado.
Los padres de Aitana conocieron el viernes que las lesiones eran más graves de lo esperado. Acudieron a una clínica privada para que le hicieran una resonancia magnética debido a la demora en los resultados de las pruebas del hospital público, el Clínico San Carlos. Las radiografías hechas en los días posteriores en ese centro no permitían conocer el alcance de la lesión en el fémur porque la zona estaba demasiado inflamada.
El diagnóstico del centro privado, la Clínica Cemtro, arrojó que Aitana sufrió en el fémur una epifisiólisis de tipo IV, un tipo de fractura que afecta al cartílago del crecimiento. Johanna Cepeda, la madre, dice que los médicos les dijeron que la lesión por encima de esa rodilla alcanza los 10 centímetros de longitud. Este viernes deben volver para decidir si la pequeña se somete a una cirugía o por el contrario dejan que el hueso se selle solo.
El abogado Rodríguez aclara que aún no ha presentado la denuncia porque estaban esperando el resultado definitivo, pero planea hacerlo en menos de una semana. También ha debido recabar el parte que hicieron los agentes instructores, que recibió este lunes, y la versión de dos testigos, que ya se han comprometido a declarar. Ambos vieron el momento del golpe y coinciden en que el vehículo circulaba a una velocidad imprudente. Esto contrasta con la versión difundida por el propio Cuerpo, que hace dos semanas mandó una nota de prensa en la que descartaba exceso de velocidad y sugería, según dos testigos sin identificar, que la madre causó la caída de la niña.
“Si vemos que han recurrido a testigos falsos o que no se ha seguido el protocolo quizás también tendremos que ir contra los agentes instructores o a lo mejor incluso contra el jefe policial”, dice el letrado.
La madre está indignada con la información oficial. La nota de prensa de la Policía decía lo siguiente, citando a los dos testigos anónimos: “La mujer adulta tiró del brazo de la menor, provocando su caída, descartando el atropello inicial”.
−Por poco me ponen a mí de criminal. ¿Cómo voy a tirar de mi propia hija para que la mate un coche?,–decía ella este miércoles.
Cepeda se enteró de esa información por medio del padre, Jefferson S., que le dio el aviso el día que los medios de comunicación se hicieron eco, el miércoles de hace dos semanas. Más tarde ese día, una amiga de Aitana llegó a casa y dijo algo que la madre sintió como un golpe: “Están diciendo en las noticias que tú la tiraste y tú la maltratas”.
La madre temió por momentos que a su hija le iban a hacer bullying por ese motivo, pero cuenta que por suerte Aitana es muy querida y nadie de su entorno ha dado pábulo a una insidia así: “Menos mal que sus amiguitos vienen a casa a menudo y nos conocen de toda la vida”.
El único o que han tenido con el Ayuntamiento ha sido por medio de dos llamadas de teléfono al padre que ha hecho Jesús Gil, el director de Emergencias, que es precisamente quien se ha puesto temporalmente al frente de la Policía Municipal durante la ausencia del director Rodríguez.
La familia es ajena a la gresca política, que este miércoles se repitió durante la reunión mensual de la comisión de Seguridad. Más Madrid y PSOE insistieron en que la vicealcaldesa Sanz debería cesar al director policial y ella les advirtió de que si cuestionan la documentación oficial sobre el caso podrían incurrir en delito.
El concejal de Más Madrid Miguel Montejo recordó que ya existe un precedente de una investigación interna sin fiabilidad, y también concernía a un caso dañino para el director Rodríguez. Se refería a un informe del departamento de asuntos internos de la Policía que exculpaba al máximo jefe y a otros cargos de un supuesto amaño en unas oposiciones en 2021. El juez de instrucción archivó el caso con base en ese informe y la Audiencia Provincial ordenó la reapertura en dos ocasiones. Rodríguez fue interrogado el mes pasado como imputado.
En la comisión de este miércoles, los políticos de derecha e izquierda discutieron sobre el tema a corta distancia, en torno a una mesa redonda. Sanz expresó sus “mejores deseos” para Aitana y acusó a la izquierda de “utilizarla” con fines políticos. Montejo cuestionó que la vicealcaldesa sea sincera sobre la niña: “No ha tenido la dignidad de llamarle personalmente”.
A Aitana lo que más le preocupa es aprobar sus exámenes y caminar cuanto antes. Este miércoles por la tarde volvía a casa con su uniforme en una silla de ruedas conducida por su madre. Había asistido a clase de música y de plástica, pero se había perdido la excursión a la catedral de la Almudena. Cepeda explica que Aitana no puede participar en todas las actividades porque necesita de un adulto que la acompañe para atenderla, por ejemplo cuando necesita ir al baño.
La niña escucha en silencio jugueteando con sus dedos y con una pulsera dorada. Esta mañana le cambiaron la escayola de la pierna derecha, que estaba cubierta de mensajes de aliento, y ahora está pendiente de que sus amigos se la vuelvan a pintar.
Todo el mundo hace bromas para animarla, entre ellos su profesora de educación física, que este año no podrá examinar a esta alumna, la más veloz de su clase. La pequeña revela con una sonrisa tímida que su maestra le ha propuesto una evaluación alternativa: “Me ha dicho que me toca aprender a hacer el caballito con la silla”.
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