Un director de sucursal acepta devolver los dos millones de euros que robó a 39 clientes que confiaban en él, incluido su tío
La entidad bancaria se hizo cargo de indemnizar a los afectados, uno de los cuáles llegó a depositar 2,6 millones de euros en los productos que el acusado ofrecía


Un antiguo director de sucursal de los municipios madrileños de Getafe y Leganés ha asumido este martes que se quedó con dos millones de euros de 39 clientes que confiaban en él y a los que ofreció productos financieros inexistentes y de los que llegó a falsificar sus firmas. Los hechos se produjeron principalmente entre 2016 y 2017, aunque hay un caso que se remonta a 2009, y finalizaron porque una de las víctimas dio la voz de alarma en la entidad y se comenzó a investigar al acusado, P. P., que ahora tiene 40 años. Todos los afectados fueron ya indemnizados por Caja Rural, que es la que ahora reclamaba al acusado la devolución de lo sustraído. Él se comprometió este martes en la Audiencia Provincial de Madrid a devolver en un mes 300.000 euros y después comenzar a pagar mensualidades de mil euros hasta completar el total.
El acusado comenzó a trabajar en la empresa en 2008 y desarrolló la mayor parte de su carrera en Getafe y Leganés, donde fue despedido en 2018 al estallar este caso, que investigó el juzgado de instrucción número 3 de Gefate. A la mayoría de los afectados les decía que tenían la oportunidad de abrir un depósito a plazo fijo, un mecanismo financiero por el que los clientes pueden transferir a un fondo una cantidad de dinero durante un periodo de tiempo determinado, a cambio de un interés fijo y establecido en el momento inicial. Al final de este periodo, se devuelve el capital junto con los intereses generados. Lo que proponía este hombre a sus clientes para que estos depósitos fueran más atractivos y no los retiraran antes de tiempo era un interés superior al que realmente estaba permitido por el banco. Él les garantizaba hasta un 7% de beneficios en algunos casos.
En 2016, por ejemplo, convenció a M. T. para contratar tres de estos productos por valor de 114.000 euros, de los que él se embolsó más de 78.000. El documento de suscripción de este depósito estaba falsificado. Las víctimas confiaron tanto en él que incluso mantuvieron su o profesional en sus cambios de destino. Por eso, un matrimonio siguió contando con sus servicios cuando lo trasladaron desde Leganés hasta Getafe. Ellos abrieron dos de estos depósitos por valor de 74.000 euros. El acusado sacó 14.000 euros para sí mismo de estas cuentas, para lo que llegó a falsificar la firma de uno de ellos.
El mayor afectado fue un cliente que depositó, o eso creía él, 2,6 millones de euros en un producto que le ofreció el acusado. En los meses posteriores a la operación, el trabajador de la entidad fue retirando dinero de estos depósitos hasta llegar a casi 240.000 euros.
Entre los afectados se encuentran muchos de edad avanzada. Por ejemplo, se apropió de 284.000 euros de A E. F., un señor de 79 años. A S. A., de 89 años, le ofreció un depósito a plazo fijo de 100.000 euros, que abrió realmente, pero solo por valor de 75.000 euros. Los otros 25.000 se los quedó él.
El acusado incluso propuso abrir un producto de este tipo a una asociación de pacientes de esclerosis de Madrid, con cuya apoderada le unía una relación de confianza tras muchos años de o. Se quedó con 50.000 euros de sus fondos.
En el escrito de acusación de la fiscalía se recogen otras prácticas fraudulentas, como la apertura de cuentas a nombre de sus clientes sin que estos lo supieran, cheques cobrados a cargo de cuentas de menores de edad, hijos de sus propios clientes, y falsificó documentación referente a los depósitos para evitar ser descubierto por los servicios de contabilidad de su entidad.
Hay una sustracción que se remonta al año 2009 y es una que afecta a su propio tío, S. M., al que sustrajo más de 18.000 euros. Le hizo creer que había traspasado parte de su dinero a un fondo, cuando en realidad lo estaba ingresando él mismo, tal y como describe la Fiscalía.
Este martes se celebró la vista oral por esta causa, y al inicio de la misma el acusado reconoció los hechos y detalló cómo va a devolver el dinero sustraído, gracias a la “ayuda familiar” y a la “venta de dos propiedades”. Con esta declaración, se le reconoce la atenuante de confesión tardía y reparación del daño y será condenado por un delito continuado de estafa agravada.
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