Un enjambre de influencias, dinero y poder rodea el asesinato de Andrii Portnov
El abogado ucranio acribillado a tiros acababa de poner una de sus mansiones a nombre de sus hijos en una notaría de Madrid
La vida del abogado ucranio Andrii Portnov en Madrid ha sido corta y terminó con los cinco balazos por la espalda que recibió este miércoles a las puertas del colegio de sus hijos. Con una gran influencia en su país, donde fue asesor del anterior presidente, Viktor Yanukovych, antieuropeista y prorruso, Portnov se asentó en una mansión del residencial de lujo de la Moraleja con su familia tras salir de Ucrania en junio de 2022, cuando tenía 48 años. Es decir, cruzó la frontera cuatro meses después de que comenzara la invasión rusa, y cuando teóricamente ya había restricciones de viaje en su país para hombres en edad militar.
En entrevistas que concedió a medios de comunicación posteriormente, justificó su precipitada salida por ser “padre de familia numerosa”. Tiene cuatro hijos pequeños con su esposa, Anastasia Valyaeva, que también estuvo ligada al anterior gobierno ucranio.
Poco se sabe por el momento de la vida de Portnov y de sus vínculos en la capital, donde los agentes de Homicidios y de Información siguen ahora el rastro de los sicarios que llegaron presumiblemente en una moto, le tirotearon a quemarropa y se perdieron después por las arboledas de la Casa de Campo. Sin embargo, investigadores y periodistas ucranios de la corporación RadioFreeEurope que han seguido sus movimientos de cerca, señalan que, desde Madrid, Petrov realizó algunos movimientos financieros y patrimoniales llamativos. Por ejemplo, hace unos meses, acudió a una notaría de la capital para poner a nombre de sus hijos una mansión que tenía a las afueras de Kiev, en Kozyn, a orillas del río Dnieper, valorada en 2,5 millones de euros. Las mismas fuentes apuntan a que podría estar tratando de “ocultar bienes inmuebles o evitar su confiscación en caso de sanciones o del inicio de un proceso penal”.

Sanciones
Ante la escalada de tensión y en vísperas de una invasión a gran escala, en diciembre de 2021, el Gobierno de Estados Unidos impuso sanciones contra Portnov, que incluían la prohibición de entrada a Estados Unidos y la congelación de todos sus activos financieros en bancos estadounidenses. Portnov fue incluido también en la lista de personas afectadas por la llamada “Ley Magnitsky”, aprobada en Estados Unidos y que persigue a extranjeros acusados de corrupción a gran escala y violaciones a los derechos humanos. Pero, curiosamente, sus hijas iban precisamente al Colegio Americano de Madrid, en Pozuelo de Alarcón, adonde las llevaba él mismo diariamente.
Portnov ha mantenido durante años un pulso abierto con sus detractores en Ucrania, llevando a los tribunales a periodistas y a quienes le atacaban por su cercanía al Gobierno ruso y por sus ideas antieuropeas, y lo vinculaban con acciones represoras en ese sentido. Sin embargo, ganó todos los juicios. Esas victorias judiciales también le otorgaron la fama de ejercer una fuerte influencia sobre el poder judicial en su país. Hasta 2014, Portnov fue responsable del poder judicial en el Gobierno de Viktor Yanukovych.
Tras las fuertes protestas del Euromaidán de finales de 2013, con graves disturbios en la plaza de la Independencia de Kiev contra el fortalecimiento de los lazos con Rusia frente a las alianzas europeas, Portnov comenzó a hacer su vida también en Moscú, donde habría acumulado importantes propiedades.

El asesinato del abogado ucranio residente en Madrid está rodeado de un enjambre de influencias políticas, dinero y poder. A última hora de este miércoles, la Policía se adentraba en una “delicada investigación”, pero seguía sin tener nada claras las motivaciones que se ocultan detrás de este crimen.
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