La UE discutirá un fondo de defensa conjunto que permita compartir material estratégico

Europa debate cómo financiar un rearme que considera urgente ante la amenaza rusa a corto y largo plazo. En este contexto, los ministros de Finanzas de la UE discutirán este sábado un nuevo instrumento financiero para hacer compras conjuntas de armas. La iniciativa surge a propuesta de Polonia, presidenta de turno del Consejo de la UE y el país de la OTAN que más gasta en defensa.

El Mecanismo de Defensa Europea (MDE), de carácter intergubernamental, busca no solo abaratar el coste de las adquisiciones y reducir el impacto presupuestario del proyectado mayor gasto europeo en defensa. También permitiría poseer material estratégico clave, pero costoso, de forma colectiva. Un ejemplo sería la adquisición de satélites militares. Con este instrumento financiero, los países participantes en la iniciativa podrían usar el material pagando una cuota, según la propuesta del laboratorio de ideas Bruegel, autor del informe a petición de Varsovia.

El nuevo instrumento, inspirado en el fondo de rescate europeo (Mecanismo Europeo de Estabilidad o Mede), “serviría como agencia exclusiva de adquisiciones en áreas específicas, además de planificadora, financiadora y potencialmente propietaria de habilitadores estratégicos, y como compromiso legal de respetar las normas del mercado único de defensa dentro de las jurisdicciones de sus ”, resume la propuesta, que será discutida en el encuentro informal de ministros de Finanzas este sábado en la capital polaca.

“La financiación de la defensa se ha convertido en una cuestión importante en momentos en que los gobiernos planean gastar cientos de miles de millones de euros en rearme”, recuerda el ministro polaco de Finanzas, Andrzej Domanski, en la carta en la que convoca a sus homólogos europeos a la reunión informal del Ecofin este viernes y sábado en Varsovia, y en la que adelanta la propuesta para responder al “desafío persistente de una financiación en defensa insuficiente”.

Pero “en vista de la necesidad de mantener posiciones fiscales prudentes, la inversión en defensa no puede realizarse sin una coordinación adecuada”, acota Domanski, señalando además otro obstáculo que hay que superar: los “fragmentados” mercados europeos de defensa, con diversos países fabricando sus propios modelos de armamento, desde tanques a sistemas de misiles, que dificultan una defensa conjunta coordinada.

La respuesta, considera Varsovia, es la creación de una “nueva institución intergubernamental”, el MDE, que contaría con un tratado propio y que “podría ofrecer una respuesta más efectiva” que otras barajadas, como por ejemplo la ampliación de la Agencia Europea de Defensa, un centro de cooperación en defensa con base en Bruselas que ayuda a los Estados a desarrollar sus recursos militares.

Reducir a la mitad el coste de los equipos

Los autores del informe creen que “la combinación de mercados integrados y las adquisiciones ampliadas” podrían llegar a rebajar “a la mitad” el coste de los equipos encargados mediante este mecanismo. Asimismo, facilitaría la adquisición a nivel europeo de habilitadores estratégicos (equipos que permiten acometer operaciones militares complejas), que son fundamentales pero muy difíciles de adquirir a nivel nacional tanto por su coste como por algunos “sesgos domésticos”. El informe propone elaborar una “lista mínima” de estos habilitadores, que debería incluir al menos sistemas satelitales para inteligencia militar y comunicaciones, el desarrollo y despliegue de los costosos sistemas de defensa aérea o nueva tecnología de misiles, entre otros. “Cuanto más estratégicos sean los habilitadores, mayor será el compromiso político de los del mecanismo para profundizar su cooperación en defensa”, confían los autores del análisis, que Polonia califica como una “base franca y constructiva” para las discusiones de ministros este sábado.

La iniciativa estaría abierta también a otras “democracias europeas” extracomunitarias que podrían unirse “en condiciones de igualdad”. La mira está puesta especialmente en el Reino Unido y Noruega, aunque no se descarta también la participación escalonada de Ucrania, de acuerdo con el papel circulado por la presidencia polaca en vísperas de la cita de ministros. Se trataría de un mecanismo intergubernamental propio (igual que el Mede), no sujeto, por tanto, al Tratado de la UE. Por tanto, esta vía también permitiría a los países comunitarios que “no tienen apetito político para una mayor integración en defensa” o que están sometidos a “restricciones constitucionales nacionales” a no participar en la iniciativa. Por el contrario, participar en ella supondría compromisos claros: en caso de que los Estados participantes no cumplieran las normas, como la prohibición de adquirir a nivel nacional equipos de áreas acordadas para su compra conjunta a través del MDE, podría “provocar sanciones”, incluida la suspensión de la membresía del país que no respete las normas.

Al igual que sucede con el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, los autores del informe consideran que la forma más “deseable” de implicar a la UE en el proyecto es que esta participe como un “accionista separado, representado por la Comisión Europea”. Por su parte, los países que quisieran participar pagarían una cuota compuesta por capital desembolsado y capital exigible, basada en el tamaño económico y otras características estructurales pertinentes para el mandato del instrumento, como el nivel de gasto militar o los activos militares de cada participante.

Este nuevo instrumento será discutido por los ministros el próximo sábado, último día de su cita polaca, en la que, al tener carácter informal, no se tomarán decisiones. Sí permitirá, no obstante, avanzar en las urgentes prioridades de rearme de la UE, después de las propuestas lanzadas en las pasadas semanas por la Comisión Europea, que busca movilizar un total de 800.000 millones de euros en rearme, de los que 150.000 millones serían préstamos para las capitales, el denominado programa SAFE.