Los rumanos residentes en España se decantan por el ultranacionalista Simion: “El objetivo era lograr un cambio en estos comicios”
El centrista Dan, vencedor en los comicios del domingo, perdió entre la diáspora en países como Alemania, Italia, Austria, el Reino Unido y Francia, que optaron mayoritariamente por el líder de extrema derecha

Los rumanos entregaron las llaves del Palacio Cotroceni ―sede de la presidencia de Rumania― al proeuropeo Nicusor Dan. El alcalde de Bucarest, un matemático centrista de 55 años, le ganó el domingo al ultranacionalista George Simion con el 53,6% de los votos (contra un 46,4% de su contrincante), en unas elecciones marcadas por la decisión del Tribunal Constitucional de anular los comicios celebrados en noviembre tras las acusaciones de injerencia rusa. Pero fuera de Rumania, Simion se llevó una victoria que no le alcanzó para ganar la presidencia. De los más de 1,63 millones de ciudadanos que votaron en el exterior, el 55,9% se decantaron por Simion, contra el 44,1% que votaron por Dan.
El ultra ganó en la mayoría de países de Europa Occidental. En Alemania obtuvo la victoria más cómoda (68,3% de los votos), seguida de España ―con 644.473 registrados―, donde obtuvo el 68% frente al 32% de Dan. Simion ganó también en Italia (66,7%), Austria (66%), el Reino Unido (58%) y Francia (56%). Pese a la victoria del ultra entre los votantes en la diáspora, el centrista logró remontar en Portugal, Países Bajos, Dinamarca y Suecia, así como en Rusia, donde obtuvo el 58,6% de los sufragios.
“Muchos rumanos que viven en España [que han optado por Simion] no han votado por extremismo, ni por ideologías radicales. El objetivo era lograr un cambio en estos comicios. Llevan años viendo cómo Rumania no avanza, con los mismos políticos, los mismos problemas, y muy poca renovación”, asegura Felix Damian, periodista y fotógrafo afincado en Alcalá de Henares desde 2002. “En España, muchos de ellos han salido adelante: han creado negocios, han formado familias, y viven en un país que, con sus imperfecciones, funciona mejor. Y claro, quieren lo mismo para su país de origen”, prosigue el comunicador, de 46 años, a quien le ha sorprendido la alta participación en la diáspora.

“Se han enfrentado dos visiones muy distintas: una Rumania europea y una que parece alejarse de ese camino; eso ha hecho que mucha gente se movilice, incluso quienes normalmente no votan”, asegura Damian, al tiempo que subraya el papel que han tenido las redes sociales. “Candidatos casi desconocidos han ganado fuerza solo con su presencia online, muchos han sido manipulados sin darse cuenta de que están votando por seguir el rumbo europeo o desviarse de ese camino”, cuenta.
“Votan a Simion porque están insatisfechos con la clase política dominante, a la que consideran culpable de abandonarles y porque están descontentos con su estatus en la diáspora”, precisa Cristian Pantazi, periodista de g4media.ro. Además, recalca que algunos, también por falta de educación política, “no comprendieron el peligro del extremismo”. “Mientras que unos han sido manipulados por la propaganda rusa a través de las redes sociales, otros se han visto influidos por la propaganda religiosa en las iglesias a las que asisten, especialmente el culto ortodoxo y pentecostal”, asevera Pantazi.
“Los rumanos en España siempre han votado en el pasado al Partido Nacional Liberal, que tiene una vertiente conservadora; incluso cuando apareció el partido de Nicusor Dan (Unión Salvar Rumania), con ideas menos tradicionalistas, nunca logró imponerse”, explica Ciprian Munteanu, coordinador de proyectos de una asociación rumana en Madrid. “Muchos se han movido más hacia la derecha”, argumenta este residente de Torrejón de Ardoz, de 38 años, que ha vivido 23 de ellos en España.
“Para comprender y valorar a un candidato como Dan hacen falta madurez cívica, pensamiento crítico y una elevada visión del bien común”, señala Oana Mosniagu, directora de la editorial Omen Ediciones. Esta mujer que se mudó a España hace casi dos décadas, cuando tenía 19 años, explica que hay “otra multitud en Rumania: la silenciosa”: “Esa mayoría que no grita, que no lanza consignas. Pero ha hablado con claridad pensando en el futuro de su país”, precisa Mosniagu, residente en Móstoles.
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