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Hacer ejercicio para poder atender: por qué en el TDAH el movimiento es un aliado, no un enemigo

Recientes estudios señalan que moverse es una estrategia natural para mejorar la concentración, frente al enfoque tradicional de intentar mantener quietos a los alumnos con problemas para mantener la atención

Clases de Educación Física con un grupo de primaria del CEIP Mª Teresa de Calcuta de Parla (Madrid).

Luismi es el maestro de Educación Física y tutor de Ana, alumna de 4º de Primaria. Durante una de las reuniones escolares, su madre contaba preocupada lo que vivía cada día con su hija de nueve años: “Nunca para quieta, está distraída todo el tiempo con cualquier cosa, interrumpe constantemente… Cuando algo no le motiva, abandona”. En ese momento, el orientador escolar sugirió evaluar si podía tratarse de una alumna con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad). Sin embargo, Luismi intervino ofreciendo su experiencia en clases de Educación Física “Conmigo no surgen esos problemas. Es una de las alumnas más implicadas. Atiende a mis indicaciones, se esfuerza, participa… cuando se está moviendo, se mantiene concentrada”.

Esta anécdota, real y repetida en muchos centros escolares, pone de manifiesto una idea que aún cuesta asumir: hay alumnos que, literalmente, necesitan moverse para atender y atender para moverse. Por tanto, el movimiento no es su problema. Es su herramienta para poder estar presentes en clase, ordenar sus ideas y prestar atención, motivarse y ser persistentes en lo que hacen. Recordemos los ejemplos de deportistas como Michael Phelps o Simone Biles emplearon la natación y la gimnasia, respectivamente, para canalizar su energía y estar concentrados.

En una reciente publicación ¡Niño, estate quieto! Beneficios de la Educación Física para el TDAH, los autores advierten que quizá no sea del todo correcto hablar de “déficit de atención y/o hiperactividad” en estos casos. Más bien, se trataría de un uso desorganizado de los recursos atencionales, una dificultad para filtrar lo relevante, para mantener el foco: “No se trata, por lo tanto, de un déficit de atención, ya que estos escolares prestan atención a casi todo lo que les rodea. Es más bien un problema de filtrado de la información, de focalizarla y mantenerla”.

En ese sentido, el movimiento aparece no como una distracción, sino como una estrategia natural para organizar la atención. Como contaba Ken Robinson en su conocido libro El Elemento, la niña Gillian Lynne no podía estarse quieta en clase. Su madre la llevó a un psicólogo, y este, tras observar cómo comenzaba a bailar al sonar la música, concluyó: “Señora, su hija no tiene un trastorno, su hija es bailarina”. Gillian acabaría siendo coreógrafa de Cats y El fantasma de la ópera. De igual manera, Jackson, antiguo paciente del Dr. John Ratey, conocido psiquiatra especialista en TDAH, declaró “cuando empecé a hacer ejercicio, de repente, pude concentrarme en cosas que eran importantes para mí”. Jackson se dio cuenta de que correr sería parte de su tratamiento, al igual que nadar lo era para Phelps o hacer piruetas para Simone Biles.

Nuestros pedagogos, tradicionalmente, fueron muy dados a practicar el “ostracismo corporal”, simpatizando muy poco con el ejercicio físico y el deporte. Esta práctica trascendió a nivel social, teniendo como consecuencia el tratamiento de la Educación Física, como asignatura “María”. Sin embargo, lo cierto es que existe una ingente cantidad de evidencia científica que expresa las bondades del ejercicio físico sobre el cerebro de los escolares, entre otros beneficios sobradamente conocidos. Así pues, en un reciente metaanálisis concluyeron que las actividades aeróbicas, como correr, montar en bici o saltar, tuvieron efectos positivos sobre las funciones ejecutivas de los escolares con TDAH —funciones particularmente comprometidas en estos escolares. Asimismo, en otro estudio, se observó que la actividad física y deportiva bien diseñada, estructurada y que ofrezca repetición y variabilidad en la práctica (ingredientes comunes a los programas curriculares de Educación Física) tuvieron múltiples beneficios sobre algunas de las funciones ejecutivas: la capacidad para dialogar consigo mismo antes de actuar por impulsos (control inhibitorio), de recordar las instrucciones que su maestro de Educación Física les daba (memoria de trabajo) y de mantener la atención en la tarea que estaban realizando (concentración). Por ello, lejos de ser un simple “descanso” del aula, las clases de Educación Física bien planificadas se convierten en verdaderos entornos de aprendizaje. Juegos de persecución, deportes en equipo, circuitos motrices o actividades como el yoga o las artes marciales, ofrecen al alumnado oportunidades constantes de ejercitar la atención, la autorregulación emocional, el control inhibitorio y la memoria de trabajo.

En palabras de los autores del libro: “Las situaciones lúdicas a las que se enfrentan en cualquier momento son a menudo diferentes de todo lo que se han enfrentado antes… Parte de esto podrá automatizarse si se practica, y ya no requerirá un control consciente de arriba hacia abajo”.

Además, el ejercicio físico regular mejora la autoestima y el autoconcepto. Y esto es fundamental en niños que, a menudo, solo reciben mensajes negativos en el aula tradicional. No hay píldora que iguale este impacto. Como indican los propios autores: “Muchos alumnos con perfiles atencionales dispersos encuentran en el ejercicio físico una forma de organizarse mejor y adquirir la disciplina necesaria para desenvolverse con eficacia en la vida”.

La idea de que los alumnos deben estar quietos para aprender sigue muy arraigada. Pero ¿y si fuese al revés? ¿Y si algunos necesitan moverse para poder estar atentos?

En el conocido caso del instituto Naperville, en EE.UU., se organizó todo el currículo escolar para que los alumnos hicieran ejercicio físico diario antes de comenzar las clases. El resultado fue una mejora significativa no solo en la condición física, sino también en el rendimiento académico. Como señalan Hallowell y Ratey, ambos diagnosticados de TDAH: “Somos emprendedores de nosotros mismos. Y la gran mayoría de pacientes adultos que nosotros tratamos desean serlo también. El movimiento fue una de nuestras claves”.

Una de las claves está en incorporar el ejercicio físico como parte natural del día a día. No hace falta complicarse: caminar juntos al colegio, ir al parque en lugar de pasar la tarde con pantallas, fomentar deportes en equipo o simplemente bailar en casa pueden marcar la diferencia. Para los docentes, especialmente fuera del área de EF, puede ser útil integrar pausas activas en el aula, incorporar dinámicas corporales en las explicaciones o permitir pequeños momentos de movimiento regulado. Lo esencial es no ver el movimiento como una “fuga” de la atención, sino como la llave para acceder a ella. Como bien recuerdan Ruiz y Villa, “los escolares con TDAH no necesitan moverse menos, necesitan moverse mejor”.

Por eso, quizás la pregunta no sea cómo hacer que el alumno con TDAH se quede quieto, sino cómo podemos ayudarle a moverse con sentido. Cómo hacer del movimiento una vía de aprendizaje. Y para eso, necesitamos una Educación Física potente, reconocida, bien programada, y, sobre todo, respetada.

ENFÓRMATE es el espacio de EL PAÍS SALUD donde hablaremos de aquellos aspectos relacionados con la actividad física, el deporte y la salud física y mental. La actividad física y el deporte forman parte de la cultura de todas las civilizaciones y juegan un papel fundamental en la salud de la sociedad a todos los niveles, tanto física como mental, en todas las edades, desde la infancia a la vejez, tanto en hombres como en mujeres. Desde las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte se ha tratado de avanzar en el conocimiento científico sobre la importancia del movimiento y el ejercicio físico sobre el cuerpo, así como los procesos que explican por qué se producen ciertas adaptaciones, modificaciones o cambios a diferentes niveles (fisiológicos, anatómicos, motrices, emocionales o cognitivos). Por todo ello, este espacio persigue buscar las explicaciones científicas que fundamenten y justifiquen los motivos tan beneficiosos de la actividad física y del deporte. Asimismo, se tratará de discutir y rebatir ciertos mitos o falsas creencias existentes en la sociedad sobre temas específicos del ejercicio físico y la salud.

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