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Personas sin hogar

La paradoja de Madrid: los albergues se saturan, pero cada vez hay menos sin techo en la capital...o desaparecen

Centro y Arganzuela son los barrios con más gente en la calle porque son más seguros, mientras que Hortaleza o Moratalaz apenas registran casos

Una persona sin hogar en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid

La gran paradoja de las personas sin hogar en la ciudad de Madrid es que, mientras los recursos municipales de acogida se encuentran al 100% de su capacidad —“frente a un problema de saturación de la Red”—; mientras surgen focos inmensos de sinhogarismo como el de Barajas, donde ha llegado a haber 500 personas durante el invierno; mientras miles de madrileños sufren los efectos de la crisis de la vivienda; y mientras los comedores sociales no dan abasto, la cifra total de personas que viven en la calle no ha hecho más que decrecer desde 2020 según los datos que ofrece el Ayuntamiento de Madrid.

La cifra oficial habla de 2.384 personas en 2024. A la estadística pertenecen exclusivamente aquellas que o bien están en alguna Red Municipal (centros de acogida, viviendas o programas) o bien han sido atendidas por los llamados Equipos de Calle del Ayuntamiento, “unos equipos interdisciplinares que atienden a personas que se encuentran en situación de calle, con una grave situación de riesgo y exclusión social”. Dentro de esas 2.384 personas, 1.116 se encontrarían viviendo a la intemperie, la cifra más baja desde que Martínez-Almeida llegó a la alcaldía en 2018, según sus datos.

Lo que esto significa es que, todos aquellos que no han sido atendidos por los Equipos de Calle, no han sido contabilizados y por lo tanto no hay ninguna estimación al respecto. Sin ir más lejos, mientras que en el aeropuerto de Barajas ha llegado a haber hasta 500 personas, para el Ayuntamiento Madrid solo fueron 60 —aquellos que atendieron sus Equipos de Calle— a principios de año y 105 en el mes de marzo. El resto no existen ni forman parte de su estadística. Cabe mencionar, además, que dichos Equipos de Calle solo trabajan hasta las ocho de la tarde, por lo que nunca han acudido en los momentos de máxima afluencia de personas sin hogar en el aeródromo, algo que denuncian las ONG que trabajan allí.

Hoy en día, no hay nadie que realice ningún conteo independiente que pueda servir de referencia frente a las cifras del consistorio. Hasta 2018 sí existía. Se trataba de un grupo de 800 voluntarios que salían una noche al año para elaborar un recuento y “ver la gente que estaba desbordando el sistema de atención y acogida”. La iniciativa no ofrecía, como es lógico, una foto global de todo el año, pero sí estaba bien valorada entre los expertos en sinhogarismo. “Esto se acabó una vez entró el gobierno del PP y Ciudadanos. La información ya solo la tienen ellos”, apunta Pedro Cabrera, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas y uno de los líderes de la iniciativa que comenzó en el año 2006.

Cabrera denuncia que “una de las formas de hacer desaparecer ficticiamente la pobreza consiste en llevar a cabo una operación de maquillaje que puede ser de tipo estadístico —como estos recuentos que no se han hecho—, o también una simple eliminación istrativa, como cambiarles sencillamente de categoría”. El profesor señala por ejemplo que entre el año 2020 y 2021 desparecieron de pronto más de 4.000 personas sin hogar atendidas por la Red en las cifras oficiales. De 6.636 se pasó a 2.235. El Ayuntamiento lo justifica alegando que esas personas se han contabilizado por separado al formar parte de la categoría de “emergencia social”, entre los que se incluyen los desahuciados. Lo que no explican es si estas personas siguen viviendo en la calle y son, por lo tanto, personas sin hogar.

Una persona sin hogar en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid.

Cada cierto tiempo emergen en la ciudad focos más visibles de sinhogarismo. El último ha sido el Aeropuerto de Barajas, pero también están Príncipe Pío, o los clásicos de la Plaza Mayor o Gran Vía. El distrito Centro es con diferencia la zona con mayor número de personas sin hogar: 165 de media. En 2018, Retiro se situaba en segundo lugar, pero ahora ha sido desbancado por Arganzuela, donde hay 129 personas de media. Los motivos para permanecer dentro de la almendra central de Madrid son la seguridad, la cercanía a los comedores sociales y la iluminación. La presencia policial y de cámaras de vigilancia en zonas con buena visibilidad durante las noches les hace sentir más seguros que en barrios como a (40), Vicálvaro (20), Hortaleza (13) o Moratalaz (12). En cualquier caso, en casi todos los distritos decrecen las cifras respecto al año 2018.

Paciencia al límite

Frente a este “éxito”, los recursos municipales de la Red Municipal de Atención a Personas sin Hogar se encuentra en un estado de “saturación”. Así lo refleja el informe Digitas elaborado por el propio Ayuntamiento, un documento que recoge la estrategia local para el sinhogarismo hasta 2027. “La Red Municipal se enfrenta a un problema de saturación, que se manifiesta tanto en el tránsito como en la salida de la Red”, se observa.

Además, aparecen también valoraciones de los empleados de la Red Municipal de Atención a Personas sin Hogar y a Entidades del Tercer Sector. Según el resultado de la encuesta, hay “escasez de información sobre la dimensión del sinhogarismo”, “falta de programas de prevención” o “falta de adecuación de los recursos a los perfiles emergentes”. “La ocupación es durante la mayor parte de los meses del 100%”, se afirma en el Plan Operativo 2024 sobre las personas sin hogar.

Una persona sin hogar en el centro de Madrid.

Mario —nombre ficticio— un trabajador de otro albergue que no quiere ofrecer su identidad por miedo “a perder el trabajo”, da fe de la gran lista de espera que hay en su centro y comenta que los programas existentes para aliviar el sinhogarismo “no son suficientes”, debido a que “la atención es muy asistencial. No hay una intención de pasar a la parte más educativa, de revertir la situación de la persona y de ofrecer un futuro distinto”. En ese contexto, continúa, la asistencia a las personas con hogar “es un parche” para tapar el problema.

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