El precio de los carburantes apenas refleja el petróleo barato y el dólar débil
La gasolina y el gasóleo bajan mucho menos que el coste el crudo para los importadores europeos


El efecto cohete y pluma, un viejo conocido, en su máxima expresión: un precio que se dispara cuando la materia prima sube y que baja poco cuando la cotización se hunde. Quienes hayan llenado el depósito de su vehículo en las últimas semanas habrán notado poca diferencia en el tique y en el extracto bancario. Una realidad bien distinta a la que se vive en los mercados en las últimas semanas, donde el petróleo acumula una caída de casi un 15% en lo que va de año y donde el dólar (la moneda en la que cotizan el crudo y la mayoría de materias primas) se deja más del 7% en su cruce frente al euro.
El precio del petróleo brent está hoy claramente por debajo de los 60 euros por barril, un nivel que no alcanzaba en los cuatro últimos años. En paralelo, los márgenes de ganancia de las petroleras en la fase de refino han desandado en los últimos trimestres toda la subida que se anotaron en la crisis energética. Una triple oportunidad de oro que están aprovechando las aerolíneas y las navieras para aprovisionarse o para mejorar sus coberturas.
Ese cóctel, de lo más favorable para los intereses europeos —un continente que depende casi íntegramente de los combustibles importados— se siente con mucha menos fuerza en los surtidores. El litro de gasolina promedia hoy algo más de 1,45 euros en las estaciones de servicio españolas, según los datos publicados este jueves en el Boletín Petrolero de la Unión Europea. El diésel, por su parte, ronda los 1,36 euros. Es 5% y un 9% menos que a principios de año, frente a una caída de más del 20% en la cotización del crudo en euros. Una vez más, lo macro no rima con lo micro. Una vez más, en fin, la correa de transmisión a la que invita la lógica está, cuando menos, atascada. Para disgusto de millones de conductores.
15 céntimos más
“La correlación entre el precio del crudo en euros y el del gasóleo en mercados europeos, como el español, ha sido bastante alta históricamente. Ahora, en 2025, no. Sobre todo en los tres últimos meses”, esboza Jorge León, vicepresidente y jefe de análisis petrolero de la consultora noruega Rystad Energy tras varios años como técnico de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
¿Los motivos? León apuesta por la influencia que esté pudiendo tener la enorme incertidumbre en la que está instalado el mercado petrolero, “porque la OPEP+ [la versión ampliada del cartel, que lideran Arabia Saudí y Rusia] nos está sorprendiendo, mes tras mes, con sus decisiones”. También, por el lado de la demanda, que empieza a verse afectada por la guerra comercial.
“Hay, sin embargo, una cosa clara: que la combinación de petróleo barato y euro fuerte no se está trasladando a los consumidores en España”, sentencia el analista de Rystad. Según sus cálculos, de haberse mantenido el patrón histórico de correlación, el precio actual del gasóleo debería ser unos 15 céntimos inferior al que luce en los monolitos de las estaciones de servicio.
Las cifras de la Organización de Consumidores y s (OCU) discurren por una línea similar. En la primavera de 2021, cuando la cotización del petróleo ya trasladada a euros era muy similar al actual el precio de la gasolina rondaba los 1,36 euros por litro y el diésel los 1,22, un 7% y un 12% más que hoy, respectivamente.
“La caída en el precio del carburante siempre es más lenta que la de la materia prima: es algo que ha pasado siempre, pero ahora, quizá, aún más que en otras ocasiones”, sostiene Enrique García, de la OCU. Cree, no obstante, que la realidad española “no desentona mucho respecto a la de otros países del entorno europeo: el desfase está siendo común a todos, aunque aquí, quizá, con una proporción algo mayor”. Su receta: más competencia en la distribución de carburantes. “Si no fuese un mercado dominado por tres o cuatro actores, los descensos serían notablemente más rápidos”, zanja por teléfono.
Inés Cardenal, de la patronal de empresas petroleras (AICE, antes AOP), niega cualquier “comportamiento anómalo”. “El precio de los carburantes en el surtidor no depende tanto del crudo sino de las cotizaciones internacionales de los productos refinados [gasolina y gasóleo]. Y si todo eso nos lo llevamos a céntimos de euro por litro, los precios antes de impuestos han seguido la senda de esas cotizaciones internacionales: han bajado lo mismo”, defiende. Pide, también, que se “tenga en cuenta” el aumento de costes derivado de la subida aplicada sobre el Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
Entre el 30% y el 40% del precio final
La materia prima (la cotización del petróleo en euros) y el coste de refinado supone algo más de un tercio del precio final de la gasolina y un 38% en el caso del diésel. El resto son impuestos —que rondan el 48% y el 43%, respectivamente, y que no han sufrido variaciones recientes, pese a las repetidas llamadas de la Comisión Europea para que España emparente la fiscalidad del diésel con la de la gasolina—, y costes de distribución y márgenes de las estaciones de servicio (19% en ambos casos), según los datos de la patronal sectorial AICE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
