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Trump presiona a los congresistas republicanos para que aprueben su ley de rebaja de impuestos

La norma elevaría el déficit y la deuda, lo que provoca recelos en el ala dura del partido

Donald Trump
Miguel Jiménez

Donald Trump ha acudido este martes al Capitolio de Washington para tratar de que los congresistas republicanos cierren filas en torno al proyecto de ley de rebajas fiscales y recorte de gastos que él impulsa y que lleva el nombre de “Una gran y hermosa ley”. La precaria mayoría con que cuentan los republicanos en la Cámara de Representantes no permite apenas deserciones, pero algunos de los diputados de su partido están preocupados por el hecho de que la norma aumentará el déficit y la deuda pública, agravando la crisis fiscal que sufre Estados Unidos. A la salida de la reunión, Trump se mostró convencido de que la iniciativa saldrá adelante, pero algunos congresistas seguían mostrando su disconformidad.

Trump hizo campaña prometiendo prorrogar las rebajas fiscales de su primer mandato, que favorecían sobre todo a los más ricos. También propuso dejar libres de impuestos las propinas, las horas extraordinarias, las prestaciones de la Seguridad Social y, en algunos supuestos, los intereses para la compra de automóviles. A eso suma una rebaja de impuestos para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos.

Esas rebajas de impuestos son la segunda gran pata de la política económica. La primera, los aranceles, ha lastrado la economía estadounidense, creando incertidumbre y distorsiones para los agentes económicos. Trump ha tenido que rectificar parcialmente sus medidas, que amenazaban con sumir a Estados Unidos en una recesión. Aun así, los aranceles aún en vigor frenan la actividad económica y alimentan la inflación, aunque Trump ha recurrido a la intimidación y las amenazas contra las empresas para que no suban los precios.

El presidente se ha presentado este martes en el Capitolio con un mensaje de optimismo poco fundamentado en los hechos. “La economía va muy bien. El mercado bursátil está más alto ahora que cuando llegué al cargo. Y hemos recaudado cientos de miles de millones de dólares en aranceles, y no hemos tenido inflación”, dijo. En realidad, la economía se contrajo en el primer trimestre tras haber crecido un 2,8% en 2024, cuando Trump sostenía que se hundía; la Bolsa ha caído desde que Trump regresó a la Casa Blanca y la cifra de ingresos aduaneros es pura fabulación. La inflación sí ha bajado, pero no ha desaparecido, ni mucho menos y, de hecho, las expectativas son de que repunte por culpa de los aranceles.

Aunque el déficit y la deuda se dispararon durante su primer mandato, Trump sostuvo en el Capitolio: “Soy el mayor halcón fiscal. No hay nadie como yo”. El proyecto de ley que impulsa sumará 3,3 billones de dólares a la deuda en la próxima década, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo fiscalizador no partidista, pese a los recortes de gasto social que incluye para compensar parcialmente la rebaja de impuestos. La agencia Moody’s rebajó la calificación de la deuda estadounidense el viernes ante la perspectiva de un fuerte aumento del déficit y la deuda, señalando en su informe que las propuestas fiscales en curso no lo remediarían.

Trump dijo que lo único que se recorta es el “malgasto, fraude o abuso”. En realidad, se espera que al menos 7,6 millones de personas pierdan el seguro médico con los cambios iniciales de Medicaid, el sistema sanitario público, según señaló la semana pasada la Oficina Presupuestaria del Congreso. También hay recortes en la ayuda alimentaria. El objetivo del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, es que la propuesta de ley se apruebe esta semana y para ello los republicanos quieren sacarla adelante en comisión con una votación pasada la medianoche.

“Literalmente están intentando quitar la asistencia sanitaria a millones de estadounidenses en este mismo momento, en plena noche”, afirmó el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, de Nueva York. “Si esta legislación está diseñada para mejorar la vida del pueblo estadounidense, ¿alguien puede explicarme por qué celebran una sesión para sacar adelante el proyecto de ley a la 1 de la madrugada?“, añadió.

Trump también aseguró este martes que el Partido Republicano está muy unido. El presidente confía en que los representantes más preocupados por el déficit cedan y apoyen el proyecto de ley de 1.116 páginas.

Donald Trump, este martes en el Capitolio de Washington.

del ala dura del Partido Republicano argumentan que los nuevos gastos y recortes fiscales se concentran al principio, mientras que las medidas para compensar el coste se dejan para el final. En particular, los republicanos conservadores quieren acelerar los nuevos requisitos laborales que los republicanos quieren imponer a los participantes en Medicaid que están en condiciones de trabajar.

Los republicanos que se resisten también quieren detener más rápidamente las desgravaciones fiscales a las energías verdes, que se aprobaron como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de la era Biden y que ahora se utilizan para proyectos de energías renovables en todo el país.

El amplio paquete legislativo prorroga de forma permanente los recortes en el impuesto sobre la renta aprobados en 2017, durante el primer mandato de Trump, y refuerza la deducción estándar, que pasa a ser de 32.000 dólares para los contribuyentes que presentan declaraciones conjuntas, y el crédito fiscal por hijos, que se eleva a 2.500 dólares. Además, se triplica desde 10.000 a 30.000 dólares la deducción por los impuestos estatales y locales para las declaraciones conjuntas con ingresos de hasta 400.000 dólares al año. Los congresistas neoyorquinos republicanos quieren que la deducción sea mayor, de 62.000 dólares para los contribuyentes individuales y de 124.000 dólares para los contribuyentes conjuntos.

”Creo que vamos a conseguir todo lo que queremos“ concluyó Trump tras la reunión, mientras algunos republicanos seguían exigiendo cambios. Si el proyecto de ley se aprueba en la Cámara de Representantes esta semana, pasaría al Senado, donde los republicanos también están considerando cambios. La norma enmendada debería volver en ese caso a la Cámara baja para su aprobación definitiva.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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